miércoles, 28 de agosto de 2013

Publicado: Jueves 14 de Septiembre de 2006 a las 04:03 hrs.
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Miguel Hidalgo héroe nacional excomulgado
A pesar de los intentos hechos ante el Vaticano, Miguel Hidalgo sigue condenado por la iglesia.
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En julio del año 2002, a escasos días de la visita del papa Juan Pablo II a México, el partido nacional Convergencia por la Democracia solicitó al nuncio Giuseppe Bertello interceder para anular la excomunión que se aplicó al cura Miguel Hidalgo en 1811, luego de ser detenido por encabezar la lucha por la Independencia de México.

"Se le condenó... por abolir la esclavitud, por querer un pueblo libre, por luchar por una patria que ahora, gracias a él, es esta nación de mexicanos, esta nación de millones de católicos", señaló una carta del partido político, entregada en la Nunciatura y presentada en un acto en el Ángel de la Independencia.

"Todos agradeceríamos ese gesto, que ratificaría el afecto de Juan Pablo II por los mexicanos. Parece inconcebible que el Papa ame tanto a un pueblo, cuya patria alumbró un excomulgado", decía el documento.

Sin embargo 195 años después, del ‘Padre de la patria’ sigue excomulgado. El proceso degradatorio del cura rebelde se llevó a cabo el 29 de julio de 1811 en una de las salas del Hospital Real de Chihuahua, y consistió en rasparle la piel de la cabeza, que había sido consagrada, como cristiano y sacerdote, con el santo crisma.

También le arrancaron la yema de los pulgares e índices de las manos que habían sido consagradas el día de la ordenación. Después lo entregaron al gobierno español para que lo fusilara, sin ninguna de las prerrogativas y beneficios eclesiásticos, en que antes se amparaba cualquier reo.

¡Maldito sea!

Mediante un decreto de excomunión presentado por el obispo Manuel Abad y Queipo, Hidalgo fue sometido a la máxima vejación que un ministro de iglesia puede recibir en vida. El decreto en mención dice entre algunos de sus párrafos:

"Sea condenado Miguel Hidalgo y Costilla, en dondequiera que esté, en la casa o en el campo, en el camino o en las veredas, en los bosques o en el agua, y aún en la iglesia. Que sea maldito en la vida o en la muerte, en el comer o en el beber; en el ayuno o en la sed, en el dormir, en la vigilia y andando, estando de pie o sentado; estando acostado o andando, mingiendo o cantando, y en toda sangría. Que sea maldito en su pelo, que sea maldito en su cerebro, que sea maldito en la corona de su cabeza y en sus sienes; en su frente y en sus oídos, en sus cejas y en sus mejillas, en sus quijadas y en sus narices, en sus dientes anteriores y en sus molares, en sus labios y en su garganta, en sus hombros y en sus muñecas, en sus brazos, en sus manos y en sus dedos".
"Que sea condenado en su boca, en su pecho y en su corazón y en todas las vísceras de su cuerpo. Que sea condenado en sus venas y en sus muslos, en sus caderas, en sus rodillas, en sus piernas, pies y en las uñas de sus pies. Que sea maldito en todas las junturas y articulaciones de su cuerpo, desde arriba de su cabeza hasta la planta de su pie; que no haya nada bueno en él. Que el hijo del Dios viviente, con toda la gloria de su majestad, lo maldiga. Y que el cielo, con todos los poderes que en él se mueven, se levanten contra él. Que lo maldigan y condenen. ¡Amén! Así sea. ¡Amén!"

Datos poco conocidos
El prócer es conocido como Miguel Hidalgo y Costilla, Cura Hidalgo o Padre de la Patria por considerarlo el iniciador de la Independencia de México.
• Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mondarte Villaseñor era el nombre completo del ‘padre de la patria’.
• Durante su juventud era conocido entre sus amistades como "el zorro" por su perspicacia.
• Amante de las artes, organizó una banda de música y representó algunas obras de teatro.
• Tuvo cinco hijos a los que reconoció: Agustina, Mariano Lino, María, Micaela y Joaquín.
• En la ceremonia de degradación eclesiástica la Inquisición le cortó las yemas de los dedos y la superficie de las manos.
• El día de su fusilamiento pidió que no le vendaran los ojos ni le dispararan por la espalda como se hacía a los traidores.
• Pidió que le dispararan a su mano derecha, que puso a la altura del corazón.
• Un comandante tarahumara de apellido Salcedo, le cortó la cabeza de un solo tajo con un machete, para recibir a cambio veinte pesos.
• Sus restos fueron llevados a la capital con grandes honores tras la instalación de la Primera República en 1824.
• Sus restos descansan en la célebre Columna de la Independencia en la ciudad de México.
Por Norma L. Domínguez
Villahermosa, Tabasco
TABASCO HOY
internet@tabascohoy.com.mx

Publicado: Miercoles 27 de Septiembre de 2006 a las 04:04 hrs.



La verdadera Independencia
Hoy se conmemora el 185 aniversario de la liberación de México de la corona Española.
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Por costumbre y por disposición de la cultura cívica que promueve la historia oficial, el pueblo de México celebra únicamente el inicio del movimiento de Independencia, el 16 de Septiembre de 1810, sin embargo queda en el olvido e indiferencia la fecha exacta en que se logró la independencia de la corona española.

Tuvo que pasar más de una década para que México se viera realizado como un Estado independiente. Después de la lucha armada de 1810, varios caudillos habrían de continuar luchando. Para 1820 diversos jefes insurgentes habían sido derrotados, fusilados o indultados por el virrey; sin embargo, en diversas provincias sobrevivían otros que mantenían la  resistencia, como Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero.

Este último, originario de Tixtla, Guerrero, había servido a las órdenes de José María Morelos y de Hermenegildo Galeana, y se distinguió por su valor y su lealtad a la causa independentista. Conocedor de las montañas del sur del país, Vicente Guerrero fortaleció el movimiento armado al asestar importantes golpes a las fuerzas realistas.

Con la firme intención de acabar con el líder insurgente, en noviembre de 1820 el virrey Juan Ruiz de Apodaca confió a Agustín de Iturbide la Comandancia General del Sur; sin embargo, las victorias insurgentes se sucedían sin tregua: el 2 de enero de 1821, en Zapotepec, Vicente Guerrero batió una vez más a las fuerzas realistas.

Las tres garantías

Iturbide se dio cuenta de que la lucha contra los insurgentes sería larga y desgastante, pues diversos sectores sociales —los clérigos, los criollos ricos y los españoles avecindados en México— deseaban independizarse de la Corona. Por ello, convocó a Vicente Guerrero a una reconciliación; Guerrero le ofreció colaborar a ello siempre y cuando Iturbide mostrara sus convicciones. Luego de varias semanas de negociaciones con los sectores militares y eclesiásticos, el 24 de febrero ambos firmaron el Plan de Iguala, que establecía la absoluta independencia de la nación.

Aun cuando el plan fue rechazado por el virrey Juan Ruiz de Apodaca y por los sectores más recalcitrantes del país, grupos tanto civiles como armados aceptaron los términos del documento.
Éste era el contexto que encontró el recién nombrado virrey Juan O’Donojú a su llegada a México. Al constatar los acontecimientos, acordó entrevistarse con Iturbide el 23 de agosto, en Córdoba, Veracruz. Ahí, el día 24 del mes ambos firmaron los Tratados de Córdoba, por los que se puso fin a la dominación española. Aunque los tratados eran una reforma al Plan de Iguala, en ellos se ratificaba que se daría la libertad a españoles radicados en México y a americanos residentes en España de escoger su nacionalidad.

En los días siguientes O’Donojú e Iturbide pactaron la entrega de la ciudad de México con el mariscal Francisco Novella, encargado de las fuerzas españolas. El 27 de septiembre de 1821 el Ejército de las Tres Garantías entró a la ciudad de México, encabezado por Iturbide, quien se trasladó a Palacio para presenciar, con O’Donojú, el desfile militar en honor de la consumación de la independencia nacional. Al otro día fue instalada la Junta Provisional Gubernativa, presidida por Iturbide, instancia que redactó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.

Plan de iguala
El 24 de febrero de 1821, Guerrero e Iturbide firmaron el Plan de Iguala, que establecía:
• La absoluta independencia de la nación
• La monarquía constitucional como forma de gobierno
• La religión católica como única para todos los habitantes
• La igualdad ciudadana
El Ejército de las Tres Garantías como protector de la nación