miércoles, 28 de agosto de 2013

Publicado: Miercoles 27 de Septiembre de 2006 a las 04:04 hrs.



La verdadera Independencia
Hoy se conmemora el 185 aniversario de la liberación de México de la corona Española.
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Por costumbre y por disposición de la cultura cívica que promueve la historia oficial, el pueblo de México celebra únicamente el inicio del movimiento de Independencia, el 16 de Septiembre de 1810, sin embargo queda en el olvido e indiferencia la fecha exacta en que se logró la independencia de la corona española.

Tuvo que pasar más de una década para que México se viera realizado como un Estado independiente. Después de la lucha armada de 1810, varios caudillos habrían de continuar luchando. Para 1820 diversos jefes insurgentes habían sido derrotados, fusilados o indultados por el virrey; sin embargo, en diversas provincias sobrevivían otros que mantenían la  resistencia, como Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero.

Este último, originario de Tixtla, Guerrero, había servido a las órdenes de José María Morelos y de Hermenegildo Galeana, y se distinguió por su valor y su lealtad a la causa independentista. Conocedor de las montañas del sur del país, Vicente Guerrero fortaleció el movimiento armado al asestar importantes golpes a las fuerzas realistas.

Con la firme intención de acabar con el líder insurgente, en noviembre de 1820 el virrey Juan Ruiz de Apodaca confió a Agustín de Iturbide la Comandancia General del Sur; sin embargo, las victorias insurgentes se sucedían sin tregua: el 2 de enero de 1821, en Zapotepec, Vicente Guerrero batió una vez más a las fuerzas realistas.

Las tres garantías

Iturbide se dio cuenta de que la lucha contra los insurgentes sería larga y desgastante, pues diversos sectores sociales —los clérigos, los criollos ricos y los españoles avecindados en México— deseaban independizarse de la Corona. Por ello, convocó a Vicente Guerrero a una reconciliación; Guerrero le ofreció colaborar a ello siempre y cuando Iturbide mostrara sus convicciones. Luego de varias semanas de negociaciones con los sectores militares y eclesiásticos, el 24 de febrero ambos firmaron el Plan de Iguala, que establecía la absoluta independencia de la nación.

Aun cuando el plan fue rechazado por el virrey Juan Ruiz de Apodaca y por los sectores más recalcitrantes del país, grupos tanto civiles como armados aceptaron los términos del documento.
Éste era el contexto que encontró el recién nombrado virrey Juan O’Donojú a su llegada a México. Al constatar los acontecimientos, acordó entrevistarse con Iturbide el 23 de agosto, en Córdoba, Veracruz. Ahí, el día 24 del mes ambos firmaron los Tratados de Córdoba, por los que se puso fin a la dominación española. Aunque los tratados eran una reforma al Plan de Iguala, en ellos se ratificaba que se daría la libertad a españoles radicados en México y a americanos residentes en España de escoger su nacionalidad.

En los días siguientes O’Donojú e Iturbide pactaron la entrega de la ciudad de México con el mariscal Francisco Novella, encargado de las fuerzas españolas. El 27 de septiembre de 1821 el Ejército de las Tres Garantías entró a la ciudad de México, encabezado por Iturbide, quien se trasladó a Palacio para presenciar, con O’Donojú, el desfile militar en honor de la consumación de la independencia nacional. Al otro día fue instalada la Junta Provisional Gubernativa, presidida por Iturbide, instancia que redactó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.

Plan de iguala
El 24 de febrero de 1821, Guerrero e Iturbide firmaron el Plan de Iguala, que establecía:
• La absoluta independencia de la nación
• La monarquía constitucional como forma de gobierno
• La religión católica como única para todos los habitantes
• La igualdad ciudadana
El Ejército de las Tres Garantías como protector de la nación

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