domingo, 22 de septiembre de 2013

AUTOCRACIA ZARISTA

 
Heredero de las proezas de los primeros zares y logrando su máxima expresión como potencia en Europa y Asia, durante el reinado de Pedro el Grande, el Imperio ruso que encabezaba Nicolás II de la dinastía Romanoff, se estableció como un régimen autocrático que no encontraba límites ni oposición, y poseía el control de todo el aparato político.  El régimen zarista predominó hasta entrado el siglo XX, cuando se presentaron los indicios de una descomposición social y política.
 
Mientras Nicolás II veía a Rusia ajena a las evoluciones del mundo occidental, prevalecía un sistema social y económico en el que la monarquía patriarcal y benevolente, la nobleza y los campesinos constituían una unidad social totalmente integrada por el compromiso de la tradición y las costumbres, los rituales ceremoniosos de la iglesia ortodoxa y la intensa religiosidad popular.
 
Después de alcanzar un apogeo como potencia mundial a principios del silgo XIX, el Imperio ruso comenzó a debilitarse por las políticas internas del zar y la industrialización del mundo occidental, rezagando a los rusos y manteniéndolos en un estado de precariedad.
 
Fue la clase media de donde surgieron los principales opositores al régimen zarista: profesionistas, comerciantes, campesinos propietarios de sus tierras, obreros e intelectuales, que promovieron acciones para el cambio del sistema económico, político y social de Rusia.
 
A partir del siglo XX, el régimen zarista había entrado en un proceso de descomposición, debido a las condiciones de marginación y pobreza en que vivía la sociedad rusa.  La revuelta de 1905 había dejado sentadas las bases para el futuro movimiento transformador, y aunque el Zar ordenó la aplicación de medidas para apaciguar la oposición, no hizo más que profundizar esta crisis en el sistema político.  Asimismo, la Revolución de 1905, trajo consigo una gran movilización campesina y obrera que exigía cambios sociales y políticos.  Las protestas de estos grupos consistían en un principio en manifestaciones pacíficas; más tarde, y bajo la influencia ideológica de distintos numerosos intelectuales, radicalizaron sus acciones, promoviendo huelgas, paros laborales y sabotajes, los cuales eran reprimidos de manera violenta.
 
Con claridad se observan dos grupos predominantes en la oposición al régimen zarista: los mencheviques y los bolcheviques.  El grupo menchevique (minoría) era de tendencia moderada en sus propuestas (reparto de utilidades de acuerdo con el trabajo individual y control de la producción por parte de los trabajadores) y tenían como líder a Lev Davydovich Bronstein mejor conocido como León Trotsky (1879-1940).  Los bolcheviques (mayoría) por su parte, pretendían que el reparto del que hablaban los mencheviques se llevara a cabo en función de las necesidades de cada persona, y proponían una vía más radical para lograr los cambios: por medio de una revolución.  Su dirigente fue Vladimir Ilich Ulianov Lenin (1870-1924), un impulsor de los consejos revolucionarios en los sectores sociales, llamados sóviets.
 
La Revolución rusa tuvo un fuerte impacto por las propuestas novedosas que le dieron legitimidad y trascendencia; en el pleno apogeo del sistema capitalista, la existencia de un movimiento masificada que se opusiera a beneficios y políticas del capitalismo y que además resultara avante, era inconcebible, de ahí la importancia del movimiento ruso. A continuación se enumeran características que ayudan a entender con mayor claridad el impacto que tuvo:
  •  La revolución rusa constituye, junto con la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, la trilogía transformadora de mayor impacto e influencia de la época contemporánea.
  •  Fue un acontecimiento decisivo para el futuro devenir histórico del silgo XX.
  •  Fue la respuesta y la alternativa a la crisis del capitalismo y el liberalismo, porque -por primera vez- se ponían en práctica los principios de igualdad y bienestar social como fundamento de un Estado.
  •  La revolución rusa se convirtió en paradigma de otros movimientos y expresiones políticas con tendencias izquierdistas, cada vez más minoritarios a partir de la disolución de la URSS.

Fuente: Campos Martínez Margarita y Ángel Chilaca Gerardo. (2010). Historia Universal Contemporánea.  Book Mart, S.A. de C.V. México.